20090316

Cajeros para despistados



Hace aproximadamente un mes, salia a cenar y saque 70 euros para poder pagar la cena. Cual fue mi sorpresa al ir a pagar cuando descubrí que en realidad los 70 euros no estaban en mi cartera. Reflexionando me di cuenta que con el despiste general que llevo con tanto lío me había dejado el dinero en el cajero y me había ido tan campante con mi tarjeta pero dejando el dinero en la máquina.

Suerte que tenia confianza con la gente que cenaba y no había compromiso, me dejaron algunos euros y llege a pagar la cena sin más incidentes, sólo con una acuciante sensación de SER UN GRANDÍSIMO GILIPOLLAS !

Al día siguiente, siguiendo el refrán de "de lo perdido, saca lo que puedas" me dirigí, sin muchas esperanzas, a la sucursal de la que dependía el cajero (Banesto).

Allí les explique el caso, pasando bastante vergüenza, pero el cajero (muy amable) me contó que es un caso bastante habitual, "Sucede más de lo que te imaginas", me dijo. Entonces me contó que el cajero tiene un mecanismo anti-despistados, primero, emite un pitido (este primer sistema ya me había salvado más de una vez) y si al cabo de unos segundos prudenciales el usuario no ha retirado el dinero este procede a recuperar el dinero y generar un registro de la incidencia.

El propio cajero (el humano) me confirmo, comprobando mi número de tarjeta, que justamente era lo que había sucedido, el único caso que no esta contemplado es, que salgas deprisa del cajero dejándote el dinero y que aparezca alguien al poquísimo tiempo y se lo lleve (antes de que la máquina lo recupere)

Desde ese día he tenido que llamar varias veces a mi banco para que me aplicasen el apunte correctivo, cosa que han tardado casi un mes en hacer, pero al final lo he conseguido.

Así que ya sabéis, si un día os dejáis dinero en el cajero, no lo deis por perdido, todavía tenéis la posibilidad de recuperarlo si lo sacasteis de un cajero a prueba de despistes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que suerte! a mi me ha pasado alguna vez que apunto he estado de irme, pero por suerte del pitido, me he dado cuenta...