20050621

Manifestació per la igualtat de drets !

Aquest cap de setmana (18 de Juny del 2005) vaig anar a la manifestació espontània que es va muntar el dissabte, a favor de la llibertat i la igualtat, donant suport al matrimoni entre persones del mateix sexe.

Una llibertat que els heterosexuals hem gaudit al llarg de la historia i que ja era hora que gaudissin els homosexuals.

A continuació unes quantes fotos de la mani...



Carrer Pelai, inici de la mani
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No es veu molt bé, pero la pancarta diu "A Dios rogando y por el culo dando" :)
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Vem trobar per casualitat a dues components de "Le Tigre", fan una música molt compromesa amb la causa i es van trobar la manifestació ja que el dia anterior tocaven al Sonar...
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Més de "Le Tigre", li van signar autógrafs a la Eva i la Sussana
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Sol de justicia a la plaça Catalunya
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PCC, ens van animar. Algú els hi va cridar "Oportunistes", peró jo opino que altres (possem els PPeros no haguessin sortit mai a saludar (o si?))
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Vista de Portal del Angel
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La Eva i la Paula (porqueyolovalgo) a Portal del Angel
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Vista del final de la mani a Plaça de la Catedral
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Reprodueixo a continuació un mail que ha corregut aquests dies per la xarxa i que compara irònicament el matrimoni entre catòlics i el matrimoni entre homosexuals. Per descomptat el subscric !

Estoy completamente a favor del permitir el matrimonio entre católicos. Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo. El catolicismo no es una enfermedad. Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, informáticos u homosexuales.
Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomodar a algunos. Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio.

Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas. También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera el matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones.

Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.

También estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos. Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!".

Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás. Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.

En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción. Exactamente igual que a los informáticos y a los homosexuales.

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